martes, 25 de octubre de 2011

Escuela inclusiva y aprendizaje cooperativo

El libro de Pere Pujolás "Aprender juntos alumnos diferentes", de Ediciones Octaedro, es un buen material para todos aquellos docentes que siguen pensando que hay una forma mejor de educar a nuestro alumnado y esa es dentro del aula a través de redes de colaboración entre los propios compañeros. La inclusividad es una forma de ver la vida en la que la heterogeneidad de intereses, motivaciones, ritmos de aprendizaje y aptitudes se entiende como algo enriquecedor, como una caleidoscópica mirada al mundo que lo dota de una riqueza inusitada. En la escuela inclusiva, todos los niños y niñas sienten que forman parte activa de su centro educativo y se sienten valorados tal como son.

1 comentario:

  1. No sabía yo de la existencia de este lugar, pero me gusta y me pasaré de vez en cuando.
    Con respecto al trabajo cooperativo, he participado en un proyecto de innovación educativa donde hemos trabajado el tema del trabajo cooperativo, los grupos interactivos y el enfoque de un mismo tema desde diversas asignaturas al mismo tiempo. Los resultados son alentadores, después de dos años de trabajo, se consigue una mejora considerable en la madurez del alumno individualmente y en el buen funcionamiento del grupo como entidad global y los alumnos mas descolgados tienen mas posibilidades de reengancharse. Los grupos interactivos, sobre todo si participan padres, se convierten en focos de motivación y aumenta la implicación de chicos y padres.
    Pero este tipo de actividades presenta una serie de limitaciones que no deben dejar de lado, por un lado la organización de tareas cooperativas o de grupo interactivo, exige un tiempo mayor de preparación de las clases y ya sabemos que andamos muy escasos de horas y a la larga agota mucho, por otro lado, el número de alumnos actualmente en las aulas, yo tengo grupos con 33 alumnos, hace muy dificultosa la tarea y en fracciones horarias de 55 minutos cuesta mucho organizarles y llevar a termino las sesiones, y por último siento que hay que hacer auténtica arquitectura curricular para llegar a terminar el temario.
    Sin duda alguna es un tema interesante y que creo debería plantearse, no como forma única de metodología de trabajo en el aula, pero sí como una herramienta muy útil de dinamizar grupos, sobre todo aquellos en los que cuesta tirar de ellos.

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